En la Apertura del Año Judicial el Presidente del T.S: “El buen funcionamiento de la Justicia debe ser un asunto de Estado”.
07.09.2023 16:44
La ceremonia solemne, que ha tenido lugar en el Salón de Plenos del Alto Tribunal, ha estado marcada por la inédita situación que padece el tercer poder del Estado, con el Tribunal Supremo con un presidente en funciones; con el Consejo General del Poder Judicial presidido por el vocal Vicente Guilarte (en funciones de sustitución); con el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, también en funciones; y con la sombra de la amnistía para quienes tensionaron el Estado hasta el extremo en el año 2017.
En su discurso de apertura del Año Judicial, el presidente en funciones del Supremo, que no ha lucido el gran collar de la Justicia, visibilizando así la anómala situación que padece el Poder Judicial, ha estado dirigido a las fuerzas políticas, a las que ha instado a "renovar" el CGPJ.
Francisco Marín Castán ha señalado que "en nuestros días" las democracias "mueren" no sólo con "un golpe militar o una revolución" sino también con el "lento y progresivo debilitamiento de las instituciones esenciales, como son el Poder Judicial y la prensa y la erosión global de las normas políticas tradicionales".
Ante la atenta mirada del Rey Felipe VI, la primera cita de Marín en su discurso ha sido a la obra Cómo Mueren las Democracias (Steven Levitsky y Daniel Ziblatt, Ariel). Ha hecho hincapié en que la "separación de poderes es clave para el funcionamiento de cualquier democracia", señalando que en un "contexto fuertemente polarizado decae la visión del Estado y se impone con radicalidad de partido".
Marín ha pedido a las fuerzas políticas “altura de miras: "Es la hora de los grandes políticos y de los grandes demócratas".
El presidente del Supremo ha añadido que la situación del Tribunal Supremo es "desoladora" ante la imposibilidad de renovar sus bajas, y ha asegurado que la "primera víctima de la situación es sin duda el justiciable: ciudadanos y ciudadanas, empresas e instituciones públicas y privadas que están viendo cómo la tutela de sus derechos consagrados en la Constitución se ve mermada de forma inadmisible. Un justiciable que contempla con perplejidad cómo los actores políticos, los representantes políticos elegidos en las urnas, se muestran incapaces de alcanzar los acuerdos necesarios para poner fin a esta situación”.
Francisco Marín ha recordado también que la independencia judicial es un principio fundamental de nuestro sistema democrático y que los ataques a la misma pueden tener diversos orígenes y mostrar múltiples variantes: en ocasiones son comportamientos activos, de intromisión directa o indirecta en la toma de decisiones judiciales para influir en ellas, procedentes incluso de los propios dirigentes políticos; y otras veces omisivos, “mucho más sutiles y por ello más peligrosos para el funcionamiento del sistema democrático, porque sus efectos perniciosos se despliegan no respecto de una decisión judicial concreta, sino respecto del propio funcionamiento del Poder Judicial, con el efecto, preconcebido o no, de provocar su desprestigio, debilitarlo y, si llega el caso, desviar la atención pública de otras cuestiones”.
“Así, si el Consejo General del Poder Judicial tiene como misión fundamental velar por la independencia de los jueces, no proceder a su renovación en tiempo y forma no deja de ser una manera de cercenar la plenitud de esa independencia, del mismo modo que lo es mantener al más alto tribunal de la nación en una situación crítica, casi de respiración asistida”
El presidente del Tribunal Supremo ha finalizado su discurso emplazando pública y solemnemente a los responsables de las diferentes fuerzas políticas con representación parlamentaria “para que, con urgencia, alcancen un acuerdo que permita renovar el Consejo General del Poder Judicial”.